Ciclo de Megalopyge urens
Estas fotografías han sido tomadas por una aficionada uruguaya, María Luisa Rodríguez Rivero.
Las orugas se desarrollaron sobre “limonero” (Citrus limon) y sobre “falso guayabo” o “guayabo del país” (Acca sellowiana).
Obsérvense los pelos negros característicos de esta especie, y tan diferentes de los de M. uruguayensis.
Me escribe la señora María Luisa:
“A mediados de febrero de este año (2014), noté un día hasta 8 orugas, exuberantemente peludas, bellísimas, en el limonero. (…) Luego de que los benteveos dieran cuenta de 6 de ellas, decidí "guardar" el par restante y para eso acondicioné una cajita con ventilación.
Durante algunos días las alimenté hasta que formaron capullo en un rincón de la caja, donde aún hasta hoy y desde más o menos la misma fecha sigue en crisálida una Heraclides astyalus.
Y cuando ya pensaba que se habrían muerto en sus capullos, en la mañana del pasado miércoles 29 (de octubre de 2014), luego de 8 meses ¡nacieron!”
Con respecto a los violentos síntomas que causa esta especie, agrego esta información proporcionada de primera mano por la señora María Luisa:
“De paso, le cuento que el día 3 de este mes (febrero de 2015) mi ex esposo -quien comparte el techo conmigo-, cortando el pasto en el terreno, olvidó que el guayabo está infestado de orugas, se acercó al punto de quebrar unas ramitas, y resultó "quemado" por una de ellas, en el vientre y en el brazo. En el vientre, cubierto por la ropa, sólo experimentó una rojez y picazón y dolor moderados, pero en el codo, donde la piel estaba al descubierto, de inmediato enrojeció, se hinchó y endureció, y el dolor fue intenso, insoportable según dijo él, un dolor que "corrió por el brazo hasta el hombro". Llevado a la policlínica más cercana (portando una oruga dentro de un tarrito), allí le recetaron una pomada y comprimidos Kalitron. Los siguientes tres días fueron para él "un infierno" pese a los calmantes, luego de a poco el dolor fue disminuyendo y el episodio fue casi olvidado.”
Nótese: “portando una oruga dentro de un tarro”. Es muy importante, cuando se produce un accidente por venenos animales (picadura, pelos urticantes o lo que sea) identificar el agente.
No haga como esa familia que consultó a mi sufrida colega especialista en arañas, trayendo una araña que habían cazado en el jardín dos días después, porque la araña que había picado la habían molido a zapatillazos.
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Adriana Oliva – Doctora en Ciencias Biológicas
Jefa del Laboratorio de Entomología forense
Museo argentino de Ciencias naturales
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