Miasis

   
 


 

 

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MIASIS

Miasis es la infestación de tejidos vivos - animales o humanos - por larvas de mosca.

Hay diferentes especies de mosca que pueden producir miasis y la identidad del agente causa grandes diferencias en síntomas y en prognosis.

Las miasis pueden ser de tres tipos:

1- Miasis obligadas, producidas por especies que son parásitas en su vida larval.

2- Miasis facultativas, producidas por especies que en su vida larval se alimentan de carne muerta, y que pueden desarrollarse sobre organismos vivos.

3-
Miasis accidentales: uno se pregunta cómo llegaron allí.


En la Argentina hay tres especies de parásitas obligadas que pueden atacar al hombre:

1- La mosca de las gusaneras Cochliomyia hominivorax.

Lesiones con muchas larvas, dolorosas y peligrosas. Está presente practicamente en todo el país.

La infestación se suele injertar sobre una lesión preexistente, pero se han registrado casos sobre personas sanas, sobre todo en los oídos (otomiasis).




2- La ura Dermatobia hominis.

Lesiones forunculoides con una sola larva (raramente dos), dolorosas, pero benignas sino hay complicaciones.

Se la encuentra al norte del paralelo 32 S. La mayoría de los pacientes en Buenos Aires se infestan en Misiones, sobre todo en Iguazú. Los turistas en Punta del Este pueden pescarse esta miasis en visitas a Chuy.



Como se ve, es una larva grande, con enormes espinas cuticulares retrorsas. ¡No es raro que la miasis sea dolorosa!

3- El gusano de los borregos Oestrus ovis.

Ataca sobre todo a rumiantes.
Las larvas se alojan en los senos paranasales, y por lo común no producen trastornos.

Hay registros de larvas I produciendo conjuntivitis aguda en humanos. Esto es una miasis accidental, ya que la larva no se podría desarrollar en ese medio. Por suerte, basta con extraer la larvita con un hisopo para terminar con todo el problema.
 
Jörg, M. 1973. Conjuntivitis aguda por larvas de Oestrus ovis L. Dos observaciones en la Argentina. La Prensa médica argentina, 60: 1155-1159.


La miasis fue estudiada por Mazza en una serie de trabajos con diversos colaboradores, publicados en 1939.

Abajo se ve una foto de las larvas de Cochliomyia hominivorax, publicada.en uno de estos trabajos.



Una revisión moderna en: Oliva, A. Miasis en la Argentina. En:  Actualizaciones en artropodología Sanitaria argentina. RAVE (Red argentina de Estudio de Artrópodos vectores de Enfermedades humanas), Serie Enfermedades transmisibles, Publicación monográfica 2. (O.D. Salomón ed.). Buenos Aires (Argentina), NOV 2002.

Consulte: 
www.mundosano.org
 
Hace unos años se podía descargar gratis desde allí. Ahora ya no aparecen las publicaciones monográficas.

Son factores de riesgo las tareas rurales y el consumo de alcohol.

A Mazza y colaboradores les salió que era factor de riesgo ser un varón joven, pero eso es un juego matemático.

Lo que es riesgoso es dormirse al sol, especialmente después de haberse tomado algún litrito de vino (el sueño se hace pesado, la sensibilidad de la piel disminuye).

Como las tareas rurales se hacen de día, causan fatiga y muchas veces requieren la fuerza de un hombre en la flor de la edad, la simple probabilidad...

¿Y si yo les digo que una elegante estudiante de arquitectura, sin tomar en el almuerzo, sólo por broncearse al sol...?

Claro que el alcohol o la cocaína (es un anestésico local, entre sus otros talentos) empeoran la situación, porque aumentan la probabilidad de que la persona no espante a la mosca.

Trombetta, L., A. Oliva, V. Galache, J. Bava & A. Troncoso. Cutaneous myiasis due to Cochliomyia hominivorax in a drug user. Journal of Infecion in Developing Countries, 2009, 3(11): 873-876.


Sin embargo, una Cochliomyia hominivorax desesperada por depositar huevos es capaz de meterse en el oído de una persona sana y limpia.

Nada de pánico. Hay que ir de inmediato al "otorrino" quien sacará los huevos. No importa si escucha la historia de la mosca con una sonrisa benévola: lo importante es que extraiga los cuerpos extraños. Pero... ¡hasta el último!


Las miasis del cuero cabelludo, relativamente frecuentes, pueden llevar a desenlace fatal porque las larvas perforan el hueso del cráneo. No se trata de que "los gusanos se coman el cerebro". Sencillamente causan una infección.

Oliva, A., N. López Ramos and L.A. Bosio. Fatal scalp myiasis: autopsy finding of Cochliomyia hominivorax (Diptera: Calliphoridae) in the brain cavity. Canadian Society of Forensic Sciences Journal 40 (4) 2007: 183-186.


Parásitas facultativas: varias especies con importancia forense.

La mosca azul y la mosca gris son muy agresivas. Pueden colonizar heridas infectadas. Lo que es peor, pueden pasar de a carne muerta a la carne viva. Se dice que son necrobiontófagas.


Larva de mosca gris (Sarcophaga sp.)

La mosca verde puede causar miasis, pero en general se comporta como necrófaga estricta. Por esta cualidad, se la usa para terapia larval (maggot therapy), que es la limpieza de lesiones rebeldes por larvas de mosca.

Contrariamente a lo que dicen algunas fuentes, esta técnica es muy antigua y su comienzo en Europa data del período entre las dos guerras.
 
Sencillamente, los antibióticos frenaron la práctica de la terapia larval. Por desgracia, las bacterias producen, con el tiempo, cepas resistentes a los antibióticos.

En cambio, ninguna larva es resistente a que aparezca un gusano miles de veces más grande que ella y se la trague.

Y no se equivoquen: las larvas de mosca tragan las bacterias y las digieren. Mumcuoglu y Mumcuoglu demostraron (2000) que las bacterias desaparecían del tracto digestivo de las larvas. (Espérenme un poco con la referencia exacta, por favor. Creo que está en ese volumen enorme en la base de la pila.)

Además de comerse las bacterias y la carne muerta, las larvas de mosca verde segregan sustancias bactericidas y enzimas proteolíticas (colagenasa), y el roce de sus espinas cuticulares microscópicas induce la formación de tejido granular.

Mucha de esta información se puede encontrar en un trabajo de Leclercq, que no está en la web porque es de los ochentas, y además está en francés.

Lo digo porque me resultó desagradable encontrarme, en una monografía entregada por una estudiante de postgrado, una cita de una página web de "una conocida empresa de los medios" con datos inexactos, debidos evidentemente a que el periodista

a) no sabía nada del tema para empezar,
b) sólo manejaba inglés 
c) se quedó con lo que encontró en la web sin usar bibliografía sobre papel.

Los navegantes se preguntarán cómo pueden saber que yo conozco el tema mejor que los periodistas.

Bueno, no lo saben. El punto es que pueden echarme la culpa de mis opiniones.

"A. Oliva afirma tal cosa" será cierto si me citan correctamente, y si el otro no está de acuerdo, sabe donde encontrarme. Es importante firmar lo que se publica.

En este momento, la terapia larval se practica mucho en Gran Bretaña, en Israel y en ciertas partes de USA.


Buen número de fuentes mencionan a la mosca verde común  Lucilia (Phaenicia) sericata como agente de miasis en ovejas. Eso se debe a un error de identificación.

Hay dos moscas espantosamente parecidas a la anterior - moscas verdes, en términos descriptivos - que causan miasis en ovinos en regiones templadas a subtropicales. Una es su parienta cercana Lucilia (Phaenicia) cuprina. Esta es una especie más adaptada a climas cálidos que P. sericata. La determinación de los adultos es muy difícil.

Escribí la primera versión de este párrafo  a fines de junio de 2008, y el Dr. J.C. Mariluis, que es el especialista del grupo, estaba aconsejando arrancar las patas de un ejemplar para poder ver el carácter diagnóstico. En marzo de 2010. Mariluis vuelve al sistema europeo que considera Phaenicia un subgénero. ¡A cambiar los nombres, muchachos!

(También es importante fechar lo que se publica. Uno cambia de opiniones. Es más, uno va aprendiendo todo el tiempo. Un ejemplar de Berosus pallipes rotulado por Oliva 1981 no es tan concluyente como uno rotulado por Oliva 2010.)

Sí, la clave de Smith (1986) separa L. cuprina por sus fémures anteriores con brillo metálico. Que la inocencia le valga. Ese carácter depende de la edad del adulto.

La otra especie afecta a la carne de cordero es (la muy invasora) Chrysomya albiceps. Las larvas se reconocen por las papilas cónicas en el dorso.


Las adultas se diferencian de L. sericata por su forma más ancha, los segmentos dorsales del abdomen con una franja oscura sobre el borde posterior, y sobre todo porque el espiráculo anterior es blanco y no café. Es un carácter que puede observarse en varias fotografías en la web... que dicen L. sericata, como el navegante ya  se estará imaginando.


 L. sericata en la naturaleza

Ejemplar de colección de L. sericata. El espiráculo anterior no se ve con claridad, justamente porque es café y no contrasta con la cutícula oscura.


C. albiceps. Me disculpo por la imagen, pero esta fue la única manera de mostrar el espiráculo anterior blanco.


La misma especie en vista dorsal, mostrando las bandas oscuras que bordean por detrás los terguitos (placas dorsales) del abdomen.


Miasis accidentales

Larvas de mosquita-polilla, Psychoda spp.
Las mosquitas-polilla pertenecen al suborden de los nematóceros. Las larvas tienen cabeza visible. En la parte posterior hay un corto sifón respiratorio.



Los adultos son comunes en baños y cocinas.

La vestitura de pelos en las alas les da aspecto de polillas.

Las antenas largas y finas, multisegmentadas, son una característica de los nematóceros (nematos = hilo; keros = cuerno).

Las pequeñas larvas negruzcas se alimentan de bacterias, sobre todo de esas que se desarrollan en el interior de las cañerías formando una capa mucilaginosa.

¿Cómo es  posible pescarse una miasis por estas larvas?

Al parecer, se desarrollan en el interior de los equipos de aire acondicionado de ciertos modelos. De esa manera, las moscas adultas tendrían acceso a dormitorios que parecen aislados del mundo.

Los desoves normales contienen centenares de huevos, pero una mosquita con el comportamiento alterado por cualquier estímulo anormal podría soltar diez o veinte huevos sobre una persona dormida...

Mariluis, J. C:, P. Mulieri, L. D. Patitucci and A. Oliva. A case of cystomyiasis by larvae of Psychoda sp. Canadian Society of Forensic Sciences Journal 40 (4) 2007:187-188

 


 La mosca de los borregos Oestrus ovis, parásito obligado, como hemos dicho, de rumiantes, puede causar miasis accidentales.

Las hembras son vivíparas y lanzan a sus larvas como bombas, en este caso se puede decir así, contra el hocico de los animales. Al parecer, de tanto en tanto una mosca se equivoca y le mete una larvita en el ojo a una persona.

Por suerte, las grandes espinas cuticulares causan una conjuntivitis dolorosa, y digo por suerte, porque el paciente corre a ver al médico. El gran peligro de las miasis de todo tipo está en la demora.

Jörg describió dos casos de estos en La prensa médica argentina. Informa que los dolores cesaron con la extracción de la larva (con hisopo), y la conjuntivitis desapareció en 24 horas.

Como se ve no es grave, pero hay que mantener la calma y buscar auxilio médico en seguida.


Miasis veterinarias:

Por Cochliomyia hominivorax: frecuente en perros y gatos que se pelean.

Los veterinarios la conocen bien, pero por lo general tiran el material y no se preocupan de hacerlo determinar. Sería bueno estudiarlo, así podríamos saber, por ejemplo, la frecuencia de estas infestaciones.

Por Dermatobia hominis: los perros son muy susceptibles. En MIsiones pretenden que son más susceptibles que los humanos. Lo real es que los pobres animales sufren y que hay que sacarles la "ura".

Cuterebra sp. : Este es el género que da nombre a la familia Cuterebridae. Son parásitos de roedores, como ratones, ardillas, etc. Muy de tanto en tanto hay algún caso en gatos.

Pero... ¿cuánto sabemos de la frecuencia real, ya que los veterinarios raramente consultan a los entomólogos para identificar su material?

Dermatobia hominis ("ura")
 
Cuterebra sp.

Artículos sobre miasis en la Argentina

COSTAMAGNA S. R., VISCIARELLI E.C., LUCCHI L. D.*, BASABE N.E:, ESTEBAN M. P. y OLIVA A. 2007. Aportes al conocimiento de los dípteros Ciclorrafos en el área urbana de Bahía Blanca (Provincia de Buenos Aires), Argentina. Revista del Museo argentino de Ciencias naturales (nueva serie) 9 (1): 1-4.

MARILUIS, J. C:, P. MULIERI, L. D. PATITUCCI, A. OLIVA. 2007. A case of cystomyiasis by larvae of Psychoda sp. Canadian Society of Forensic Sciences Journal 40 (4) 2007:187-188.

OLIVA, A., LÓPEZ RAMOS, L., A. BOSIO. 2007. Fatal scalp  myiasis: autopsy finding of Cochliomyia hominivorax (Diptera: Calliphoridae) in the brain cavity. Canadian Society of Forensic Sciences Journal 40 (4) 2007: 183-186.
 

TROMBETTA, L.,  A. OLIVA, V. GALACHE, J. BAVA & A. TRONCOSO. 2009. Cutaneous myiasis due to Cochliomyia hominivorax in a drug user. Journal of Infecion in Developing Countries, 2009, 3(11): 873-876. 1972-2680.

2010. MENGHI, C. I., GATTA, C. L. and OLIVA, A. Otomiasis por Cochliomyia hominivorax en dos niños del conurbano bonaerense, Argentina. Rev. argent. microbiol., Set 2010, vol. 42, no.3, p.176-178. ISSN 0325-7541

Información sobre entomología médica y veterinaria:
consulte www.mundosano.org


Adriana OLIVA - Doctora en ciencias biológicas (UBA)
Investigadora del CONICET
Jefa del Laboratorio de Entomología forense
Museo argentino de Ciencias naturales


 
 

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