| |
Intervalo post mortem
¿Qué es?
El propósito de la entomología forense es averiguar cuánto tiempo pasó entre el deceso y el hallazgo del cadáver.
Para calcular ese tiempo, nos basamos en:
1- Cuánto tiempo tiene que pasar para que los insectos (larvas de mosca, por lo general) hallados sobre el cadáver lleguen al grado de desarrollo del momento de la colecta.
2- Cuánto tiempo tiene que pasar para que el cadáver se haga atractivo para la especie representada en la muestra (pueden ser varias especies).
Ahora bien, cada uno de esos "tiempos" tiene cierto margen de variabilidad, aun con las mismas temperaturas.
(La temperatura ambiente es el factor que más afecta el desarrollo de los insectos.)
Por lo tanto, en realidad no trabajamos con valores precisos de tiempo, sino con intervalos.
Por eso hablo siempre de estimar el intervalo post mortem.
En Estados Unidos está muy de moda usar modelos matemáticos para estimar "grados/hora" o "grados/día".
Ese concepto ha sido introducido desde otras especialidades. Que yo sepa, proviene de la fruticultura, aunque nunca conseguí rastrear del todo su uso. Por ejemplo, las naranjas necesitan cierto número de horas de frío para madurar bien. Si no, quedan ácidas.
El problemita es que cuando un gusano no se siente cómodo, antes de que su desarrollo sea más lento hace cosas como cambiar de lugar. Bastante.
Los modelos usados en entomología forense se basan en crías de laboratorio a temperatura constante.
Las larvas de mosca se desarrollan más rápido con temperaturas más cálidas.
Claro, hasta que se llega a un valor que excede su intervalo de temperaturas tolerables.
Y cuando la temperatura fluctúa, el desarrollo es más largo que el que correspondería a las temperaturas más altas (Erzinçlioglu).
Y ya hubo casos en que un entomólogo forense distinguido hizo un papel... deslucido en la corte, por culpa de los grados/hora.
En breve, yo, personalmente, no creo en los grados/hora, sobre todo en el clima cambiante de Buenos Aires.
De manera que el entomólogo forense no va a calcular una fecha de muerte, va a estimar un intervalo.
Ese intervalo después de la muerte se denomina intervalo post mortem.
Por desgracia, hoy en día ni los médicos ni los abogados estudian latín, y en realidad estudiar los rudimentos no lleva tanto tiempo y les vendría muy bien.
La consecuencia es que la expresión post mortem aparece escrita en diferentes versiones.
Es como petit four o vol-au-vent; hay mucha gente encantada de hacerlos y muchos otros encantados de comerlos, pero cuando se trata de ponerlos en el menú, comienza la ortografía "creativa". ¡Y eso que el francés no es una lengua muerta!
Muerte.
La palabra castellana proviene del latín mors.
Pero el latín cambia las terminaciones de los sustantivos según la función gramatical. Mors es lo que se llama un imparisílabo:
Mors: la muerte
Mortis: de la muerte
Encontrar la muerte: mortem invenire.
Después de la muerte: post mortem.
Fíjense bien: es una "m" final.
Mors, nominativo. Mortis, genitivo. Mortem, acusativo.
Hay más casos, pero lo dejo aquí. La idea no es que el médico legista aprenda latín, sino que lea una vez de donde deriva la expresión. Cuando necesite leerlo de vuelta, ya sabe donde buscarlo.
"Intervalo post mortem" es una expresión larga, de manera que se suele abreviar. Pero las letras IPM corresponden a Integrated Pest Management, control integrado de plagas.
Yo, personalmente, uso PMI, las iniciales de Post Mortem Interval. Es un punto que habría que unificar por una convención.
Otras observaciones sobre el uso de palabras latinas en la página clasificación zoológica.
|
|